Técnica de Grabado

 

Mis primeros grabados los hice en 1989 en el taller del Art Student's League de Nueva York y conservo muchos usos y costumbres aprendidos allí, tanto de materiales como de técnicas. Como prefería tocar madera que andar con ácidos, practiqué sobre todo la xilografía (grabado sobre madera), técnica poderosa pero no muy apreciada comercialmente en el sur de Europa.

 

Cuando en 1993 recalo en El Escorial, comienzo a trabajar en el taller  municipal de San Lorenzo de El Escorial, sabiamente dirigidos, el taller y yo, por Enrique González. La ayuda de Enrique, personal, técnica y artísticamente, ha sido inestimable para la creación de los grabados.

 

Las técnicas empleadas son: El aguafuerte para grabar las líneas: se recubre la plancha previamente pulida de un barniz que lleva cera con lo que se puede dibujar sobre él con suavidad, dejando el metal al descubierto al dibujar. Terminado el dibujo, se introduce la plancha en una cubeta con ácido, y es éste el que graba el dibujo sobre el metal; aguafuerte es el nombre del ácido rebajado. El aguatinta para los diferentes tonos de gris: se "trama" la plancha espolvoreándola con resina de pino finamente molida y, a más tiempo en el ácido, más oscuro el tono (se reservan las diferentes zonas de la imagen de más claro a más oscuro en los sucesivos baños en el ácido). La punta seca y el bruñidor son los nombres de las dos herramientas para grabar o modificar la plancha sin ácido, mecánicamente, rayándola o puliéndola directamente.

 

Previamente a la plancha de zinc, realizo un boceto a lápiz, prácticamente idéntico al resultado final, en el que resuelvo los problemas de dibujo, composición, perspectiva, etc. Este boceto, a su vez se basa en dibujos y abundantes fotos realizadas in situ.

 

Una vez conforme con la imagen grabada en la plancha, ésta ha de cromarse o acerarse, proceso éste, en el que, por electrólisis, se recubre la superficie de la plancha de una capa casi microscópica de un metal mucho más duro que posibilita la estampación de un número mayor de ejemplares. Sin esto las delicadas aguatintas no resisten sobre el zinc más que pocas decenas de estampaciones, y con el cromado son cientos.

 

Para la edición de los trabajos he tenido la fortuna de ser asesorado por el maravilloso artista y maestro del grabado Monir, y en la estampación por su hermano Shahin, gran persona e igual de buen estampador.

 

La mayoría de los grabados son encargos de los clientes que los utilizan como regalos de empresa y otros los hice por simple atracción hacia los lugares que representan. De algunos de ellos existen cuadros al óleo de la misma composición, realizados en la misma época.

 

Recientemente he comenzado a experimentar con las posibilidades de la reproducción digital de las imágenes de mis grabados, que nacieron ya con vocación de multiplicarse. Es muy interesante por ejemplo la posibilidad del aumento de tamaño: estéticamente las texturas y los gestos de las líneas cambian y la misma presencia del objeto toma otro cariz, y desde el punto de vista práctico, podemos ajustar el tamaño a cada necesidad concreta.

 

Pero es importante que estas imágenes digitales mantengan la consideración de obras de arte, para lo cual cuido al máximo la calidad de las reproducciones, avalada por certificados de durabilidad (90 años) y referidos a la combinación de tintas y papeles, haciendo además ediciones controladas, numeradas y firmadas de estos giclèes. (Giclèe: reproducción digital que se ajusta a unas exigencias de calidad y durabilidad acordadas internacionalmente).

 

 

José Luis Aguirre Gil de Biedma, “Jælius ”
El Escorial, 14 de Abril de 2005

Texto para el catálogo de la exposición "Arquitectura y Paisaje Urbano" en el Museo de Arte e Historia del Ayuntamiento de Durango.

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