Probablemente sea en la pintura religiosa donde, dentro de nuestra historia del arte, se han producido y perviven la mayor parte de las que podríamos llamar "obras maestras". Creo que esto es así no sólo por la obvia razón de la extensión de su cultivo, (en épocas pasadas, que no en nuestros días), sino también como sucede con la música religiosa, por la carga emocional implícita en los temas.
 

 

Por ello su práctica representa para mí un intento de conexión con una tradición llena de sustancia y posibilidades de aprendizaje de los grandes maestros. Además complementa perfectamente mi otro campo de trabajo: el aprendizaje de la naturaleza a través de la pintura practicada "del natural".
 

 

Sin embargo, a pesar de la presencia de esta tradición, trabajo abierto casi totalmente, no sólo a todas las tendencias del siglo, sino a la irrupción ¿accidental? de ideas imprevistas en la composición. Esta flexibilidad se da sólo en el nivel estético, plástico o creativo, pues en lo que se refiere a materiales, soportes, etc. procuro no desviarme de las técnicas cuya eficacia el paso del tiempo ha probado sobradamente como más permanentes y fiables.
 

 

A pesar de trabajar sobre temas preexistentes y como sucede casi siempre en toda pintura "fantástica" o de imaginación, supongo que estas imágenes reflejan mi mundo interior y exterior con sus experiencias y contradiciones.

   

Jælius Aguirre
El Escorial.1996

 

Texto para el catálogo Exposición "Iconografía".

Incluído en los cátalogos de “Imágenes Interiores” y “Santas y Otros Prodigios”.