Entrevista

 

 

Zamora Lunes, 17 de julio de 2006


José Luis Aguirre 'Jælius', pintor y grabador: «Yo siempre intento que mi mirada mejore la realidad»

José Luis Aguirre Gil de Biedma "Jælius" (1956) presenta sus grabados en una galería de la capital zamorana. El fundador de FLECHA, que cursó la carrera de Derecho -trabajó en distintos campos: del arte y de la industria-, dejó todo por la pintura. Y, desde entonces, aparece más feliz. Su iconografía no es monocromática ni monotemática. Lo mismo lo religioso que lo urbanístico, lo mismo la sentimentalidad que la racionalidad, lo mismo el paisaje social que el paisaje del alma. El arte funciona mejor cuando no se le ponen etiquetas.


JESÚS HERNÁNDEZ



- Grabados sobre "Arquitectura y paisaje urbano". Eso expone en una galería de Zamora. ¿Con una mirada crítica o con una mirada benevolente?.

- Benevolente. Las imágenes son bastante realistas. Yo, sin embargo, intento que mi mirada mejore la realidad. Si veo algo feo, que no me gusta, no lo reflejo. Y, además, la mayoría de estos grabados están hechos por encargo. Tienen que gustarme a mí, pero también al cliente.

- Lleva, en paralelo, varias líneas de trabajo.

- Sí. Y no sé si eso es bueno o malo. En los dos últimos años me he centrado en esta obra, que interesa, que piden los galeristas. Yo creo que casi nadie realiza esto. Me dicen que no resulta habitual. Me pego una "trabajera"... Es algo muy minucioso, y la gente no suele tener paciencia para meterse tantas horas en una plancha.

- ¿Por qué le interesa tanto la iconografía religiosa?

- Si se estudia la historia del arte, la totalidad de las obras maestras tratan esos temas hasta el siglo XVIII. Hay mucho que aprender ahí. Es un árbol bajo cuya sombra me encantaría cobijarme. Y, emocionalmente, me interesa el mundo del espíritu. Me importa la realidad material y, también, la evocación del sentimiento y el mundo espiritual.

- La religión aparece en el fondo de las cosas.

- Todos los problemas graves existentes en el mundo -fundamentalistas y demás- son, en lo hondo, problemas religiosos. En Oriente Medio, hay mucho petroleo. Y, también, mucho de cuestión religiosa. A lo mejor no es políticamente correcto decirlo, pero el mundo del espíritu tiene gran importancia. Incluso lo religioso. Se le quiere desacreditar, pero acabará por salir por algún lado.

- El itinerario estético de un creador se transforma con el tiempo. En usted, ¿es un cambio pequeño o grande?

- Grande, sí, porque llevo muchos años en esto. Visto lo que realizaba hace veinte años y lo de ahora, se percibe un cambio grande. Contemplado año a año, no se ve tanto. Pero el autor sí lo percibe.

 

- A los 50 años, ¿se puede ver el idealismo como una mirada a la justicia demorada?

- La vida es mucho más justa de lo que nos parece. Yo creo que hay una justicia universal, que, en ocasiones, resulta difícil de ver. Por las barbaridades que se cometen, los sufrimientos... Mi mirada es idealista, tanto en lo que refleja lo espiritual -hay cosas que evocan sentimientos que nos hacen mejorar- como en estos grabados. Existe un intento, a lo mejor desde la estética, desde la armonía, de resaltar la belleza de la naturaleza y de la obra humana.


José Luis Aguirre "Jælius", ante una de sus obras

 

- ¿El realismo también es surrealista?

- Sí. Yo creo que la realidad es, en ocasiones, surrealista. Ves y escuchas cosas que superan a la imaginación. Son reales. El surrealismo era un intento de ahondar en el subconsciente, de manera automática. Pero, al final, se conseguían cosas que tenían más sentido del originario. Contactaban con una parte menos visible, menos consciente, pero a veces más importante.

- La actual pintura española, ¿tiene alguna clase de déficit?

- Yo la veo muy bien. Pero habría que diferenciar dos panoramas: el propio de la creación y el referido al comercio. Actualmente, casi tiene más importancia el segundo. Mandan una serie de profesionales, galeristas, directores de museos, comisarios de exposiciones. Y, en algunas épocas, como los años ochenta y noventa, si no hacías abstracción...ya podías cerrar e irte a tu casa. Parecía que estabas fuera de la historia del arte. Balthus y Antonio López estaban ahí como achantados. Eso se halla superado. Y se acepta, más o menos, que cada uno realice lo que quiera. La pintura, en las últimas décadas, se identifica con lo digital, la videocreación, lo conceptual, la instalación. Y había muchas cosas, como sucedía con el abstracto de los ochenta-noventa, que no valían nada, pero como el medio o el lenguaje eran modernos, se miraba con reverencia. Hay muchas cosas en museos y colecciones muy reputadas que me dejan frío. Y todo eso ha causado un gran daño a la pintura. Yo creo, sin embargo, que ya ha pasado esa amenaza.

- Aparece la fotografía y el grabado pierde por un lado y gana por el otro.

-Sí. El grabado era el único medio de ilustrar libros y de multiplicar una imagen. Con la aparición de la fotografía, se libera de eso y ya puede volar como un arte de creación, aunque ya lo era desde Goya.


- ¿Le hace caso a la crítica?

- Caso, sí. Mucho caso, no. Hay gente estupenda y otra a la que le da miedo su propia opinión. Y sigue el discurso de lo políticamente correcto. A ésos les presto menos atención. Yo me fío más de lo que siento que de lo que dicen que tengo que sentir. Si me indican que debo sentir algo..., sospecho.

- ¿Conoce a algún coleccionista que no sea inversor?

- Sí. Yo no suelo tener tratos con los coleccionistas que son inversores. Por desgracia, porque son quienes manejan las grandes cifras. Estoy en un mundo

mucho más modesto, y ahí no suelen ser inversores. Pero a los inversores no les gusta, muchas veces, lo que compran.

- Si tuviese que regalar un cuadro al actual inquilino de la Moncloa, ¿qué tipo de pintura elegiría?

- La iconografía religiosa no sería la más adecuada... A lo mejor le hacía un grabado con una vista de León, que incluyera a la Catedral. Para que viese que hay cosas de la historia de la religión, algo que le tiene un poco traumatizado, que no están mal.

- Con esos apellidos, ¿usted necesitaba un seudónimo?

- Pues sí. Resulta que mi apellido es muy común en algunas zonas. En mis inicios artísticos, existía otro José Luis Aguirre, pintor, que ahora reside en París. Y Javier Aguirre, José Antonio Aguirre también son pintores. Pero Jælius sólo existe uno: yo. Y no es un nombre que me haya inventado. Me lo regaló la vida.

- Para usted, ¿un genio ignorado es...?

- El pintor José Adillo es un genio ignorado. Realiza una pintura fantásticamente realista. Sin embargo, no puede estar más fuera del mundo de las galerías y de las exposiciones. Su mujer posee una juguetería en Madrid, y él ha pintado cuadros minúsculos para "casas de muñecas". No hace reproducciones, sino creaciones propias... Y otra: Ouka-Lele, la fotógrafa, como poeta.

- ¿Las ministras de Cultura deben saber un poco de arte?

- Espero... Tal vez saben más cuando dejan el cargo.

- FLECHA: ¿un complemento de ARCO?

- Sí. Arco es una feria institucional de galerías, la más importante de España, con todos los avales de los poderes públicos... Pero resulta que FLECHA, con mayor duración y abierta, sin pagar, tiene más visitantes. Es más libre, tanto para los artistas como para el público. Y su menor tamaño la hace más agradable en la visita.

- ¿La pintura al óleo, para Jælius, es...?

- Como la mantequilla en la tostada. Me gusta mucho.


Regresar a TextosTextos.html